Ahora que el comunismo es un fantasma del pasado, ni el gobierno ni los patronos, necesitan para nada a los sindicalistas… Y si alguien saca tiempo también para ver la historia del sindicalismo desde la caída del Muro de Berlín, se encuentra con que en este tiempo ha quedado reducido a su mínima expresión. Ya no es el tiempo de los sindicatos; es el tiempo de los grupos de presión como la ANDI, FENALCO, SAC, del lado patronal, que siempre han existido. Del otro lado, ya no hablemos solo de “trabajadores”, hablemos de grupos sociales marginados: los indígenas, los campesinos, los maestros, los estudiantes, los transportadores, los pensionados (unos ejemplos), orientados por líderes naturales, no por sindicalistas profesionales, vendidos y corrompidos. Se nos vino encima la negociación de un nuevo salario mínimo para el año entrante. Otra vez los analistas más conspicuos desempolvarán sus sermones: unos defendiendo a los patronos y otros a los trabajadores, porque a eso