¿Qué tienen en común estos tres casos?
Caso 1. Savia Salud
Caso 2. 14+1
Caso 3. ESE Metrosalud
Detrás de todos se encuentra el Grupo Empresarial Antioqueño GEA (conocido antes como el Sindicato Antioqueño) conformado por los Grupos Sura, Nutresa y Argos, con David Bojanini a la cabeza y con inversiones estratégicas en los sectores de servicios financieros, seguros, pensiones, ahorro e inversiones, e industriales en sectores como alimentos procesados, cemento y energía. Allí convergen parte de los empresarios más poderosos del país, dueños de alrededor de 125 empresas, tales como: Bancolombia, Zenú, Nacional de Chocolates, Noel, Colcafé, Doria, Cementos Argos, Suramericana.
Estos empresarios han construido el “tanque de pensamiento” más poderoso de la región, del cual también participan rectores de universidades como la universidad Eafit Juan Luis Mejía, quienes se reúnen regularmente para tomar decisiones frente a la política social de la región (12) y al parecer del país, tal como lo demuestra el espaldarazo decisivo otorgado a Juan Manuel Santos frente al proceso de paz.
El GEA cuenta desde el 2006 con un órgano privado para hacer seguimiento a la calidad de vida en la ciudad: el programa “Medellín como vamos”. Gracias a su poder este grupo influyó en la fusión de UNE-Millicom, en la creación de Savia Salud y ahora parecen bastante interesados en el futuro de Metrosalud, asunto nada despreciable para el pulpo de Sura si de por medio está el interés por apropiarse de la infraestructura de la red pública hospitalaria más importante del país. Es de recordar que el ministro Alejandro Gaviria fue criado en cuna paisa, que trabajó como ingeniero civil en Suramericana, y que debió renunciar a su membresía de la junta directiva de Bancolombia y de Isagen para recibir el Ministerio.
¿Casualidad?, ¿Causalidad? ¿Ingenuidad? Bien lo decía el ministro Gaviria en el ensayo “Matar a un elefante” (13) que lo hizo acreedor al premio Simón Bolívar: “En las trampas del aplauso, se cae con pleno uso de razón”. A nuestro modo de ver lo que ocurra en el futuro con estos tres casos no solo está mediado por la simpatía, está condicionado por grandes sumas de dinero y, sobre todo, por el poder arrasador del capital financiero e industrial de la región.
Caso 1. Savia Salud
Caso 2. 14+1
Caso 3. ESE Metrosalud
Detrás de todos se encuentra el Grupo Empresarial Antioqueño GEA (conocido antes como el Sindicato Antioqueño) conformado por los Grupos Sura, Nutresa y Argos, con David Bojanini a la cabeza y con inversiones estratégicas en los sectores de servicios financieros, seguros, pensiones, ahorro e inversiones, e industriales en sectores como alimentos procesados, cemento y energía. Allí convergen parte de los empresarios más poderosos del país, dueños de alrededor de 125 empresas, tales como: Bancolombia, Zenú, Nacional de Chocolates, Noel, Colcafé, Doria, Cementos Argos, Suramericana.
Estos empresarios han construido el “tanque de pensamiento” más poderoso de la región, del cual también participan rectores de universidades como la universidad Eafit Juan Luis Mejía, quienes se reúnen regularmente para tomar decisiones frente a la política social de la región (12) y al parecer del país, tal como lo demuestra el espaldarazo decisivo otorgado a Juan Manuel Santos frente al proceso de paz.
El GEA cuenta desde el 2006 con un órgano privado para hacer seguimiento a la calidad de vida en la ciudad: el programa “Medellín como vamos”. Gracias a su poder este grupo influyó en la fusión de UNE-Millicom, en la creación de Savia Salud y ahora parecen bastante interesados en el futuro de Metrosalud, asunto nada despreciable para el pulpo de Sura si de por medio está el interés por apropiarse de la infraestructura de la red pública hospitalaria más importante del país. Es de recordar que el ministro Alejandro Gaviria fue criado en cuna paisa, que trabajó como ingeniero civil en Suramericana, y que debió renunciar a su membresía de la junta directiva de Bancolombia y de Isagen para recibir el Ministerio.
¿Casualidad?, ¿Causalidad? ¿Ingenuidad? Bien lo decía el ministro Gaviria en el ensayo “Matar a un elefante” (13) que lo hizo acreedor al premio Simón Bolívar: “En las trampas del aplauso, se cae con pleno uso de razón”. A nuestro modo de ver lo que ocurra en el futuro con estos tres casos no solo está mediado por la simpatía, está condicionado por grandes sumas de dinero y, sobre todo, por el poder arrasador del capital financiero e industrial de la región.
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